La sentencia arbitral sobre espacios marítimos entre seis países
confrontados en el Asia
Profesor Dr Carmelo Borrego
La sentencia de la Corte Permanente de
Arbitraje de la Haya es una decisión que intenta resolver un conflicto sobre
aguas marítimas en la parte sur de China donde además otros pequeños países
tienen intereses, mar territorial y zona
económica exclusiva. En especial, Filipinas fue el demandante en este caso, a
lo que se unieron otros Estados aledaños
(Vietnam, Brunei, Malasia, Indonesia y Taiwán).
Ahora bien, el fallo decretado o sentencia
arbitral de julio 2016, que aparentemente tiene efectos vinculantes, pero, que
China considera nulo y carente de efectos jurídicos, por lo tanto, no
ejecutable, habida cuenta del no reconocimiento de la jurisdicción de la
referida Corte en ese asunto; el fallo busca detener la defensa de China sobre
los espacios territoriales que se extienden por más de 2000 km de costa, que genera mar territorial, plataforma
continental y zona económica exclusiva, y basado en los criterios de extensión
de mar territorial y zona económica que se funda por efecto de la existencia y
dominación de islas, islotes y rocas, conforme al Derecho del Mar. Discurre la
defensa China que esos puntos marítimos le pertenecen de pleno Derecho. De
hecho, han establecido un marco de 9 puntos de coordenadas (línea de nueve
trazos) para afianzar la tesis del dominio de áreas marinas y submarinas,
cuestión que fue informada en el año 2009 a la ONU para que no quede duda sobre
los derechos de tales zonas acuáticas. Empero discutida en clara oposición por los Estados ribereños
Taiwán, Vietnam, Malasia, Brunei, Indonesia y especialmente por Filipinas.
Empero, la reclamación de Filipinas es
debido a la extensión que hizo China sobre las proximidades hacia su
territorio, quien también supone que tiene pleno derecho sobre el espacio
marítimo; además de la ocupación que
hizo China del banco de scarborough (arrecifes marinos) que se encontraría en
su espacio territorial y la creación de islas artificiales y otras
reclamaciones como la obstrucción
en la pesca, poner en riesgo el intercambio marítimo y la desprotección del
medio ambiente marino, además,
se incorpora otra tesis alimentada por EEUU sobre la creación de bases
militares con evidente influjo en el control militar de la zona, tesis que
obviamente tiene el propósito de incitar la tensión militar para una posible y creciente confrontación China y
EEUU; asimismo, los demás países refieren situaciones parecidas sobre ocupación
de espacios marítimos donde tradicionalmente, como sería el caso de Vietnam,
sus pescadores laboraban desde hace varios siglos atrás y por lo tanto,
consideran que se les está vulnerando su integridad territorial. Es decir, se
trata de un entramado complicado sobre la geopolítica de la zona que ha de ser
manejada con criterios racionales y de alta política para evitar el
quebrantamiento de la paz y se evite una pugna bélica indeseada a gran escala.
Ahora bien, el espacio marítimo en
controversia contiene enormes riquezas naturales, entre las cuales se cuenta
yacimientos de petróleo y gas, que podría estar en el orden de los 2 billones
de barriles de petróleo y cantidades no descritas de gas, por otro lado, se
dice de gran cantidad de especies marinas que han de ser conservadas. A todo
esto se une el enorme tráfico marítimo comercial de mercancías que se calcula
en varios miles de millones de euros. De modo que no queda duda acerca del
enorme interés geoestratégico que despierta este área en conflicto,
especialmente para los países comprometidos, pero también para los Estados
Unidos y países Europeos, quienes tienen definidas influencias e historias
injerencistas para no perder la costumbre.
Por su parte, la reciente distensión entre
Manila y EEUU, de igual forma con la Unión Europea y la ONU, a propósito de la
dantesca y bárbara guerra antidrogas llevada a cabo por el Presidente filipino
Duterte, brinda a favor de China un
mejor posicionamiento y la oportunidad
de entrar en una fase de negociación más holgada a fin de concretar sus logros
estratégicos de dominación del espacio controvertido. De hecho, ya el
Presidente filipino al momento de producirse el fallo de la Corte Permanente de
arbitraje de la Haya, donde se declaró que China no tiene bases legales que
sustenten sus reclamaciones basadas en derechos históricos comprendidas bajo el
área de la 'línea de los nueve trazos", había manifestado su propósito de no polemizar con China sino entrar a
negociar posibles arreglos, obviamente el gigante asiático lleva la ventaja por
haber fijado las bases jurídicas y fácticas para enfrentar las embestidas de
los ribereños y de los estados injerencistas. Ahora, lo importante es como de
este conflicto surgen soluciones prácticas, pacíficas y concordadas sin que
tenga que avanzarse o escalarse a estadios violentos que en definitiva, no
resuelven nada y al contrario, dejan mayores daños que beneficios. La capacidad
de negociación será definitiva para que, en el marco del respeto de las
soberanías todos puedan considerar dar y recibir en atención a las
proporcionalidades, historias, costumbres, títulos, dominación y
potencialidades de progresos conjuntos comprometidos con el desarrollo
sustentable de los pueblos.
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